martes, septiembre 09, 2008

DESPERTAR MÁS TONTO...

Hoy me he despertado llorando. Sí, sí, como lo leéis: llorando. Hacía un viaje en el tiempo al pasado (por supuesto, no un pasado de verdad, sino uno muy rarito, él), apareciendo en los cincuenta, pero que tal vez eran los veinte. Un cosa muy rara. Y aunque era consciente de estar soñando, también ha sido muy vívido y angustioso.

Era una mezcla de Estados Unidos en la parte de ambientación personal, pero las calles eran claramente españolas. ¿Cómo si no iba a haber en los cincuenta una China Town en La Latina? Y, encima, vendiendo en moneda china. Porque en este extraño pasado, China era la dominante y en España sólo se podía pagar con renminbis y yuanes (lo he tenido que mirar en la Wikipedia).

Ha sido angustioso por la sensación de ser mal visto en tu propio país, no sólo por no ser chino, sino por ser mujer. Es posible que, además, ese odio se debiese al hecho de que era pobre, y no tanto a mi condición de occidental. La violencia estaba presente todo el tiempo, como parte de la atmósfera a respirar, pero especialmente sentía una enorme opresión hacia las mujeres, un machismo brutal y sin paliativos. Y el dinero con el que viajábamos al pasado era español, pesetas de las antiguas, y no nos servían más que en el mercadio negro. Pasábamos hambre y mucho miedo. Entre los viajeros temporales, además, no todos veníamos del mismo momento histórico. Aún recuerdo la cara de alucine de un matrimonio mayor al que le decía que venía del 2008: ellos huían del siglo XVIII.

Sin embargo, lo que me ha hecho despertar llorando ha sido el encontrarme con un montón de gatitos hambrientos y no poder comprarles comida. Todos llorando, todos subiendo a mi regazo, fámelicos y ansiosos. Y yo no podía darles de comer...

Me he despertado llorando, con lagrimones y gimiendo de angustia. Angustia que aún me dura...

Zirbêth, de morros con Morfeo, y sin que su gata la deje achucharla para reconfortarse.