domingo, mayo 25, 2008

MERMELADA

Decía el otro día Igrein que en su vida había dicho y hecho muchas gilipolleces. Yo quiero concretar un poco y decir que, en la vida adolescente, la proporción de cosas que se dicen y hacen que son gilipolleces es apabullante. Es decir, que cuando te haces mayor, y miras atrás, cosa poco recomendable a la vez que necesaria, te das cuenta de que, con suerte, de adolescente eras idiota, y sin ella, un completo gilipollas. Si hay algún adolescente en la sala, estoy convencida de que dentro de veinte años me dará la razón. Ahora, mándeme al la mierda sin contemplaciones, que es lo que corresponde a la edad de la gilipollez en que se encuentra.

¿Por qué digo esto? Porque las retrospectivas, salvo en el arte, hacen sonrojarse a todo el mundo. De adolescente pensaba que los adultos estaban llenos de prejuicios, de amargura. Que estaban tan cansados que ya no eran capaces de ver que el mundo era algo distinto de lo9 que ellos pensaban y que, por supuesto, no tenían ni idea de lo que era ser adolescente. Pues bien, ser adolescente es una mierda. Lo digo porque ser adulto es tratar de dejar atrás la adolescencia sin lograrlo. La vida es tan impredecible que siempre te sientes como un adlescente por una razón u otra. Si alguna ventaja tiene la vida adulta, es que cuando dices gilipolleces como la que estoy diciendo ahora, eres mucho más consciente de estar diciéndola.

Hala, ya he desbarrado un rato. Ahora, algo en serio. La adolescente que fui estaba llena de prejuicios e ideas preconcebidas, sobre todo en lo que a mí misma se refería. Si alguna vez tengo hijos, espero ser capaz de enseñarles al menos esa lección que tan tardíamente he aprendido: cuando estés convencido de algo que a ti se refiera, ponte en duda automáticamente.

Por otro lado.

Por otro lado, me duele todo el cuerpo. ¡Qué mayor estoy! La semana pasada vine andando del curro todos los días, menos el viernes, por la lluvia. Y me duele todo, jajaja. Me ha sentado estupendamente, pero qué cansada acabé. A ver si en unas semanas me acostumbro y me desenquiloso, que madre mía, qué triste es que la energía de para tan poco...

Además.

Además, ya que hablamos de tristezas que no me entristecen de veras, debo decir que mi personaje de WoW y yo tenemos algo miserable en común: lo miserable de nuestras cuentas corrientes, jajaja. De hecho, mi personaje tiene más pasta que yo. Menos mal que se acaba Mayo y cobraré un sueldo completo. Necesito poder hacer algo más que ir al curro y jugar al WoW o leer. De hecho, me muero de ganas de gastar. Tengo un ataque pseudoconsumista y quiero algunas cosillas: un cómic que he visto, "Camelot 3000" (se admiten consejos y críticas); un armario, aunque sea de segunda mano, alto y espacioso para mis vestidos maravillosos; una bici estática, a ver si así, mientras juego al WoW, muevo las piernas, jajaja; un viaje, ya planeado y reservado, a mi infancia y mis recuerdos; una cremita rwafirmante para el cuerpo; alguna comida en la calle, algún cine (estrenan Hulk), algún vicio lector; algo de ropa de verano, aunque como estoy tan gordita me da algo de pereza; ¡telas!, que se avecinan eventos; pagar para que me terminen cierto traje maravilloso; etc., etc., etc.

Está claro que ni de coña voy a poder hacer tantas cosas, pero poquito a poco, poquito a poco, jejeje.

Bueno, ya está bien de escribir esta mañana. Voy a planchar y a, mmmm, no sé: ¿leer hasta sobarme? ¿Jugar al WoW?.

Por cierto, y volviendo a lo de las gilipolleces. Muchas veces, medio en broma medio en serio, les digo a mis amigas madres que prefiero tener gato a bebé, porque cuando Drunna se pone pesada la echo del dormitorio y ya está, mientras que ellas no pueden hacer eso con sus niños. Just for the record: sé que lo que digo es una gilipollez. No tengo ni idea de lo que ser madre supone, ni para bien ni para mal. Es una experiencia que aún no he vivido. Pero se me antoja que, al igual que mi madre me dice que ella no podría aguantar lo de la casa llena de pelos por los gatos y yo le contesto que me compensa porque me hacen feliz, los de un bebé debe ser algo parecido, pero más intenso.

Y una pregunta al viento: ¿cuáles son las razones adecuadas para tener un hijo?

Zirbêth, apurando el tiempo.

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ninguna razón es adecuada para tener un hijo. Todas las que te puedas imaginar son puro egoismo paterno.

11:13 a. m.  
Blogger Naranek said...

Hablando de Camelot 3000, a mí me parece un cómic sublime, combinando con bastante acierto magia, leyenda y ciencia ficción. Se nota el paso de los años, especialmente en el coloreado y en los trajes "modernos", pero mi valoración personal lo sitúa entre un notable alto y un sobresaliente. El guión de Barr y el dibujo de Boland combinan perfectamente.

Por cierto y por si te interesa: tengo los 12 volúmenes en inglés. Eso sí, no me preguntes dónde lo tengo, pero creo que podría encontrarlo en poco tiempo :-p

En cuanto a motivos para tener un hijo ... siendo friki no se me ocurre ninguna buena ;) Ahora en serio (y simplificando en exceso), es egoísmo genético, estamos "programados" para ello.

9:56 p. m.  
Blogger Igrein said...

Gracias por hablar de mi... y por darme la razón... jajajaja!!!

No tengo ni idea de lcómic... no lo he leído nunca... pero todo lo que tenga que ver con Camelot me gusta... por ahí estaba Igrein...jajaja!!!

Un hijo... ummm... porque quieres. Es lo único por lo que debes tenerlo. Pero porque lo quieres muuuuucho, con un poco no basta.

Un besote!!!

8:09 p. m.  
Blogger De Valk said...

Camelot 3000 es el mejor cómic que he leído jamás.
Yo debía tener unos 10 años cuando lo conocí, y sigo atesorándolo.
Saludos
De Valk

8:41 a. m.  
Blogger zberus said...

Eowyn!!!!
Necesito mi dosis de tí!!
Me llevo una desilusión muy grande cuando entro y veo que no has escrito nada!!

Un beso muy fuerte!!
Ito

9:58 a. m.  
Blogger Azelaïs de Poitiers said...

Ufff yo de verdad prefiero un gato que un hijo y bueno es admitirlo. La mayoría de la gente que cree querer un hijo, cuando lo tiene, pasa de él. Los dejan medio abandonados, créeme, yo lo flipo con las clases particulares.

1:20 p. m.  

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