lunes, diciembre 03, 2007

PERIODO EXPANSIVO

Vale, no tengo ni repajolera idea de qué escribir. Tal vez va siendo hora de retomar Herussa (no lo he olvidado) o Segunda Piel. Pero, como ya decía, las ganas de escribir aquí son inversamente proporcionales a mi vida social. Ultimamente, mi vida social es excelente.

Esta especie de estado de felicidad constante más propio del uso intensivo de drogas que de la naturaleza humana sin condimentar es, francamente, agotador. Soy incapaz de no salir. Puedo estar muriendo de cansancio, que si me proponen un buen plan, no soy capaz de decir que no. Supongo que, tras meses sin ser capaz de salir, es de lo más normal. Bueno, eso, y que es otoño, jejeje.

Así que, los dos últimos fines de semana, han sido de cine, bebercio, bailoteo y mucha broma, mucha risa. Me encanta tener amiguetes jóvenes, guapos e inocentes a los que sacarles los colores. El ingenio se me agudiza cuando se trata de soltar barbaridades desconcertantes a los hombres, pero siempre buscando la carcajada después del breve lapso de desconcierto sonrojado. Son tenterías, pero es que me divierte muchísimo.

Ya estaba bien de empacho de seriedad. Sara me ha liberado de esa fea costumbre de comerse el coco por cosas que no merece la pena hacerlo. Me ha enseñado el valor curativo del placer, en todas sus formas (malpensados XD). Preocuparme, sí, pero sólo por lo verdaderamente importante. Y si es posible ocuparse de sin preocuparse de, mejor. Nada de amargarme porque el maldito cliente cambia de opinión sobre lo que quiere cada vez que le consigo un presupuesto aceptable. Mejor, sueltas en el momento la molesta sensación de desperdicio de tiempo con una payasada: desestresante y estimulante a un tiempo. No dejar que ningún enfado se apodere de ti, tratar de relativizarlos. Puede sonar hedonista, pero funciona.

Por supuesto, se trata de un hedonismo relativo. Se trata de decidir qué quieres de verdad y no dejarte arrastrar por las circunstancias para hacer cosas de las que no estás seguro. Lo mismo se trate de coger un curro, liarte con alguien, meterte en un gasto serio o tomar una decisión que a otros les pueda parecer desacertada. La vida ya te planteará constantemente suficientes situaciones todo lo contrario a placenteras, como para ir creándotelas de más por ti mismo. Y conste que hacer lo que digo no es en absoluto incompatible con la sensatez. Lo que para unos es bueno y sensato, para ti puede ser exactamente lo contrario. Es difícil acertar. A las propias dudas se une la presión de las certezas ajenas. No es ningún camino de rosas. Pero es mejor que no tomar esas decisiones y acabar haciendo lo que otros te dicen que es mejor, porque acabas no haciendo lo que realmente debes.

Así que, ahora mismo, estoy en un periodo expansivo, en el amplio sentido de la palabra. Necesito vivir, encaminándome hacia donde vaya quedándome claro que quiero ir, sin perder mis objetivos de vista y sin dejarme llevar ni por impulsos ni por miedos, ni míos, ni de otros, pero vivir. Creo que, por eso, no quiero ahora tener pareja. No quiero que me ocurra lo de siempre: que me de por centrarme (perderme) en el amor y no en las cosas que de verdad son importantes para mí en este momento. Cuando curro, vivir sola y demás sean hechos consolidados (dentro del realismo de estos temas), ya veremos. De momento, sólo quiero amigos, conocer gente nueva, expandirme social y laboralmente.

Ea. Ya está dicho.

Zirbêth.