HOY NO HE MADRUGADO
Entiéndase por madrugar levantarse cuando lo diceel reloj en vez de cuando la mente ha obtenido el suficiente descanso y el cuerpo empieza a protestar por las posturas increibles a que se le somete. ¿O no? Parece que cuando queremos retener el sueño y no levantarnos, nos retorcemos y acurrucamos en posturas dignas de algún kanyi y, claro, llega un momento en que te duele todo.
Así que a las nueve me he comido los restos de la megapalmera de chocolate de ayer, un vaso de leche y he leído la psudoprensa y los blogs que tenían algo que leer (no muchos). Esta semana va a ser la última de traducciones. Después, sólo oposiciones y cosas agradables como el gimnasio, alguna salida, alguna partida de mesa de rol. Bueno, y el viaje a Valinor, que, sinceramente, no me apetece nada. Lo de dormir en casa ajena me deja destrozada la mayor parte de las veces y aún no sé en casa de quien voy a dormir. Bueno, ya veremos que pasa.
No dejo de bostezar, no he tomado ningún excitante. Y voy a tener que salir a comprar comida, porque salvo leche y margarina tengo la nevera desolada. Que pocas ganas de nada. Me volvería a la cama, a leer, o me iría de tiendas, incluso sin dinero. Que pereza, madre mía.
Zirbêth.
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