ASÍ DE SENCILLO
Tras años de darle vueltas al coco, he llegado a una conclusión de vital importancia que voy a ser generosa y compartir con todos vosotros: La base de la fuerza de voluntad consiste, sencillamente, en no preguntarte qué te apetece hacer. No te preguntes, no dejes el más mínimo resquicio al planteamiento de tal cuestión y ponte a hacer eso que se supone que tienes que hacer. Así, se sufre menos. Te pones, y en paz. Que si te lo planteas, seguro que se te ocurren mil quinientas cosas mejores que hacer que eso que debes hacer por narices. Así que me voy a vestir, me voy a abrigar bien y me voy a ir a trabajar, antes de que la tos y los mocos se confabulen con la apatía y me quede otro día más en casa. Necesito el dinero. Necesito el dinero, necesito el dinero, me repetiré como un mantra.
Zirbêth.
1 Comments:
Pues ya que lo pones así de simple, pues tienes razón. Pan para mi matata. Gracias por compartir el micro-satori.
Ahora a aplicarlo. A retomar eso que estoy evadiendo.
Saludos, que debo ponerme colirio para seguir leyendo.
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