miércoles, octubre 13, 2004

ME OLVIDÉ

Ayer titulé el último post Savater y la buena vida y luego tuve la desfachatez de no dar razón de la segunda parte del título. Savater dice que ser humano implica ser creativo, pensar, razonar, cuanto más, mejor, sin perder mucho tiempo en mirar atrás, es decir, a lo que ya terminamos, lo ya completo y cosa. Leer, escribir, son dos de los modos de ser más humanos. Porque aprender es parte de nuestra esencia, aprendemos todo el tiempo, aunque sea más evidente y llamativo cuando somos niños por esa sorpresa extasiada con que recibimos cualquier gota de conocimiento nuevo. Pero no por crecer eso deja de ser cierto, lo que cambia, me parece a mí, es que más que sorprendernos lo que aprendemos, nos sorprende el haber aprendido algo nuevo. Como si llegada cierta edad de prescripción social, ya no pudiésemos o debiésemos aprender nada nuevo. Por favor, que estamos entre adultos, compórtese debidamente y no como un crío. Aprender a leer es la habilidad más valiosa que uno aprende de niño, aunque de poco sirve si no va acompañada del aprendizaje del placer de leer. Porque los libros son una de las fuentes de o puertas al conocimiento más completas y hermosas, las más independientes, pues una vez que aprendemos a leer, tenemos nuestra propia llave para alcanzar lo que nos interesa. Porque, como dice Savater (y más gente antes que él, no ceja de recordar este hecho a cada momento), la lectura obliga a pensar, a quien escribe para argumentar, a quien lee para reflexionar y criticar. Otros medios de aprendizaje, como las clases o la televisión, no dan tanto espacio a la reflexión, o directamente ninguno, porque están sujetas a un tiempo limitado y, en el caso de la televisión, la información suele darse más en imágenes que en palabras, es decir, de manera impactante, sin tiempo para pensar, porque enseguida se pasa a otra noticia, a otro tema. Y escribir no se puede hacer sin pensar, sin reflexionar. No creo que pase eso ni siquiera en la poesía, ni siquiera en la escritura natural, ese proceso de ir escribiendo lo primero que se te pasa por la cabeza sin pararte a pensar... Pero, ¿puede "pasarte por la cabeza" algo, realmente, sin pensarlo al menos un poco antes? Tendré que indagar sobre el tema.

Como decía, escribir es uno de los máximos exponentes de acto humano. Cuando uno coje papel y lápiz, o se sienta frente a la pantalla y el teclado, y empieza a plasmar en la blancura los trazos negros de sus recuerdos, sus anhelos, alegrías, tristezas, sueños, fantasías, realidades, inevitablemente está reflexionando, pensando, aplicando conocimientos, modificándolos a veces. Porque a veces, se sienta uno y dice, voy a contar lo que opino de x, y conforme escribimos resulta que nuestra opinión, antes tan clara, se ve cambiada, ampliada, porque no podemos evitar repensar lo ya pensado, añadiendo sin querer nuevas facetas aportadas po nuevos conocimientos y vivencias. Aunque en el papel expresemos esa idea, cabezotas o empeñados en plasmar lo ya decidido. Si es que alguna de nuestras decisiones u opiniones, puede permanecer inmutable. Me parece a mí que sólo si nos obcecamos en verlas así, como inamovibles. Pero, ¿cómo no van a cambiar ellas, si con cada día que pasa lo que vivimos nos cambia a nosotros?

Pero voy a lo de la buena vida. Darse la buena vida es fundamental, es, más o menos, nuestra meta en la vida. Y aunque aparentemente ese concepto nos arrastre a un caleidoscopio de opciones diferentes, tantas como personas en el mundo, hay una cosa que todos tenemos en común por ser humanos, sin importar sexo, étnia, edad, etc., y es que somos seres racionales, necesitamos pensar y razonar. Y cuanto más usemos el cerebro, más humanos seremos. Dado que para darse una buena vida, uno no escoje cualquier vida (no somos hormigas, ni delfines), sino la vida humana, uno ha de darse la mejor vida humana posible. No nos es suficiente comer todos los días, tener cobijo y cierta seguridad de que mañana vamos a seguir teniendo esas cosas básicas. Pedimos más, mucho más. No podemos dejar de pensar que lo que tenemos no es bastante. No importa que nos digamos a veces aquello de "me conformaría con no pasar penurias para llegar a fin de mes" (por ejemplo), porque sólo el ser humano, una vez alcanzado ese objetivo con el que pensaba se conformaría, se dedica a buscar lo mejor, más, constantemente. Es más, es justo cuando ha conseguido una meta, cuando subimos el listón de nuestros anhelos.

Por eso es tan importante leer, en parte. Para que cuando queramos más, ese más no se limite a lo que la tele dice, a lo que el consumismo (negocio que enriquece a unos cuantos mientras esclaviza a la mayoría) designa. Recordemos que la tele y los anuncios se han diseñado para impactar, no para incitar a reflexionar (mayoritariamente). Apelan a los sentidos, a la satisfación inmediata de los deseos... deseos que ellos mismos se han encargado de crear apelando a esos sentidos, otra vez. Leer vacuna contra la impulsividad de la satisfacción inmediata. Obliga a pensar, que se le va a hacer.

Razonar me resulta adictivo, incluso aunque no se me da demasiado bien. Pero me quedo hambrienta de más. Debí comprar aquel libro sobre aprender a pensar. Seguro que aprendía algo nuevo.

Zirbêth

Pd/ Por supuesto, mucho de lo que cuento son más mis propios pensamientos que lo que dice el propio Savater. Por eso no voy a dejar de insistir en que leáis vosotros sus libros, en vez de conformaros con lo que yo digo aquí.