GATA SIN BOTAS

Horas de trabajo en pie me dejaron los pies destrozados. Pero no quise renunciar a ponerme las botas altas de vinilo. Me apetecía, en la línea de estos últimos tiempos, ponerme guapa y extraña, a un tiempo. Pero, previsoramente, me llevé en una bolsa los zapatos planos, para cuando la comodidad superase a la belleza en mis necesidades inmediatas. Cosa que ocurrió a eso de las cuatro de la mañana, más o menos.

A las ¿siete?, nos fuimos a casa. Me recuerdo cogiendo la bolsa de las botas un instante, pero reconozco que no tengo ninguna memoria de mí misma llevándo la bolsa en que iban en la mano una vez estuve fuera del Metalmorfosis. Fui consciente de que no las llevaba en algún momento entre estaciones de metro.

Ahora, soy gata sin botas. Al menos, sin botas altas de vinilo.

¿Alguien me regala unas?

Jajaja.

Zirbêth, descansando un poco.

Pd/Como muchos de mis lectores y amigos saben, esta anécdota es del sábado 29 de octubre. Es decir, que no tiene que ver con que hoy me haya quedado en casa. El martes noche tras trabajar cené fuera y al volver al coche me calló la del pulpo en lluvia copiosa. Eso, más el frío que pasé el miércoles por la mañana y medio día al ir al Leroy Merlín, son lo que me han provocado la fiebre.

De todas formas, he de moderar el ritmo. Sobre todo porque ya ha llegado el frío...