martes, marzo 01, 2005

REFLEJO

A mi izquierda está el armario con sus espejos. Un ligero movimiento de cabeza me permite verme reflejada. Tengo ojeras, bolsas, los ojos hundidos, muy oscuros. Mi boca es una línea horizontal recta, y no suele serlo. El frío sería la cabeza de turco perfecta a quien culpar de esta tos y los mocos que la acompañan. Los cristales de mis gafas son ligeramente ahumados, ya que desde que me operaron de peque tengo los ojos bastante sensibles a la luz. Sirven para disimular las ojeras.

Mi cuarto es un caos, demasiadas cosas tiradas en el suelo, amontonadas con su particular orden dentro del desorden. Necesito imponer orden, cambiar las sábanas, reorganizar espacio, inventármelo, porque voy algo corta del mismo. Hace frío.

Hoy va a ser un día más constructivo. La marejada ha dado paso al agotamiento, que siempre es un preludio, a su vez, de la calma. A fin de cuentas, seguir viviendo es inevitable. Así que, tratemos de hacerlo lo mejor posible.

Zirbêth.