lunes, marzo 20, 2006

CUENTA ATRÁS

Diez días. Quedan diez días para la II Mereth Erukyermë.

Para muchos de los que leéis este blog, eso no significa nada concreto. Extrañas palabras en una lengua extraña que, a ojos extraños, no son capaces de evocar ninguna imagen precisa.

Mereth significa reunión o fiesta. Pero una vez que se celabra una de estas merith (en plural), lo que se experimenta es algo mucho más allá de lo que por fiesta o reunión se pueda entender. Pues no se trata de una fiesta normal, no. Es una reunión de tolkiendilis, es decir, amigos de Tolkien, durante la cual tienen lugar muchas actividades diferentes.

Aunque cada mereth es diferente y propone diferentes actividades, hay algunos puntos en común que comparten todas. Suelen ser de dos días y dos noches. Se llega el viernes por la tarde y se va uno el domingo después de la comida. Y hay tres citas imprescindibles sin las que una mereth no sería una mereth: la lectura de cuentos, la cena de gala y la noche intemporal.

La lectura de cuentos tiene lugar la noche del viernes, tras la cena, en una sala acogedoramente adornada, en penumbra, en la que se coloca un lugar de honor para los lectores que, uno tras otro, van citando sus pasajes favoritos, muchos de la obra de Tolkien, pero también de otros autores y temas. Se hace una parada para tomar un té con pastas, y se suele terminar ya tarde, tranquilos y felices. Es, como el nombre indica, una velada de cuentos, de serenidad y de disfrutar del placer de la fantasía compartida.

La cena de gala es el preludio de la Noche Intemporal. Una cena muy especial, donde los habitantes de la Tierra Media se ponen sus mejores trajes, se reunen solemnemente y se disfruta de una larga cena donde la comida y la bebida no son más importantes que los brindis entre amigos y las canciones cantadas a coro.

Y se acaba la cena para pasar a la celebración de la Noche intemporal. Actuaciones, canciones, pequeñas representaciones, bailes y muchos amigos que, conforme la noche avanza, se reunen en grupos a disfrutar de la oportunidad de la amistad y la noche.

Todo esto, así, podría pensarse que no es nada tan raro (salvo los trajes de damas y guerreros, de monstruos, orcos, maias, magos...), pero es que hay un componente que es difícil de describir pero fundamental: la magia. En esos dos días juntos nos trasladamos a un mundo que sólo se conoce a través del papel o el celuloide, pero que juntos recreamos y hacemos maravillosamente real. Una magia que, para nosotros, está indefectiblemente ligada a J.R.R.Tokien.

La II Mereth Erukyermë, la fiesta en la que los numenoreanos dan gracias a Eru por la llegada de la primavera, brinda a todos los que vienen a los festejos la oportunidad de vivir los últimos días de Númenor, la Isla del Don, entregada a los hombres por los Valar, los dioses, como premio por su valor al enfrentarse al mal de Morgoth. Pero los humanos son débiles, y su orgullo y ambición les han llevado a desafiar a los propios dioses. ¿Caerá la furia de Eru sobre los numenoreanos, o la sabiduría se impondrá a la ambición y Elenna, la amada isla de Anadûnê, se salvará del cataclismo?

Esta fiesta es para todo el que quiera venir. No es sólo para los miembros de la Sociedad Tolkien, ni para los fans de la literatura fantástica. Es para todos aquellos que sientan curiosidad y deseos de vivir un fin de semana distinto en un mundo distinto.

Aún estáis a tiempo. Aún hay plazas¿Te lo vas a perder?

Zirbêth.

INSUFRIBLE

Esta situación es insufrible. De verdad.

Zirbêth.

sábado, marzo 18, 2006

PLAN DE VIDA

Es una de esas cosas que, de vez en cuando, debería plantearme hacer. Si uno se sienta y hace una lista de la compra antes de ir al super, digo yo que también podría coger y hacer un borrador de lo que quiere hacer con su vida en, digamos, seis meses al menos.

Eso, por supuesto, no se referiría sólo a cosas como cursos, salidas de vacaciones y ahorrar para pagar x deuda. También puede incluir metas a largo plazo, pero desglosadas.

Requeriría, por ejemplo, decidir qué quieres a largo plazo, y luego, dividir esa meta en pequeñas metitas.

Lo sé, menuda perogrullada.

Pero hay un punto muy difícil, y es averiguar qué diablos queremos de verdad. Y yo no lo sé. Ya no sé qué quiero porque yo lo quiero y que creo que quiero porque se supone que es lo que debería querer.

Mientras tanto... mientras averiguo qué balrogs quiero de verdad, a ver si me organizo para hacer cosas que me beneficien lo máximo posible. A todos los niveles.

Me sentaré y haré mi "lista de la compra".

Zirbêth.

ME VAIS A PERMITIR QUE ME REPITA, PERO...

LIBERACIÓN

Llegó a casa antes de lo normal, porque un profesor había faltado y no le apetecía quedarse en la calle pasando frío para hablar de lo de siempre con los amigos. Las luces estaban apagadas y una rápida inspección bastó para confirmar que estaba sola.

Volvió a la puerta de entrada y echó el pestillo. Se quedó un instante observando la puerta, como si no estuviese segura de algo. Miró alrededor unos segundos, buscando algo. Un momento después estaba empujando la enorme cómoda de la entrada y, tras varios forcejeos, la dejó bloqueando la puerta. Pero no le pareció suficiente, así que empujó también el sofá de tres plazas, un macetero de piedra muy pesado y se dedicó a llenarlo todo de libros, los más gordos, las enciclopedias y los manuales de derecho de su padre. Después, como colofón, sacó todas las figuritas de cerámica de la casa y las colocó por encima de su montaña de estorbos. Y las copas de champaña que la novia de su hermano había traído como regalo de un viaje a Italia. Hizo una pirámide con ellas y las llenó de cocacola.

Miró su obra con complacencia. Luego, se acercó al equipo de música del salón y lo puso a todo volumen, encendió también la tele, las radios despertadores del cuarto de su hermana y de sus padres. Descolgó uno por uno los cuadros de la casa y los metió en la bañera, puso el tapón y abrió en grifo de la caliente. Se fue luego a su propio dormitorio y sacó de la bolsa protectora su vestido de comunión, que su madre guardaba para su hermana pequeña, y lo extendió en la mesa de la cocina. Del baño trajo el neceser de las pinturas e intentó iniciarse en la pintura abstracta y el cubismo al mismo tiempo. Como el resultado no le convenció, antes de dejar que las diferentes texturas se secaran, con un martillo colgó el vestido con la cara pintada contra la pared del pasillo y con ayuda de la fregona hizo una impresión en la misma. Frotó con tanto ímpetu, que acabó arrancando el vestido de donde lo había clavado y siguió extendiendo la pintura al ritmo de la música.

Cuando la canción acabó, dejó caer la fregona y el vestido y se fue a la cocina, sacó del cajón el cuchillo jamonero y se fue a la habitación de su hermana. Buscó en el armario las medias y las fue poniendo en las cabezas de los peluches, una a una. Luego, los fue destripando en el mismo orden con el cuchillo y derramó la laca de uñas del tocador para que pareciese la sangre. Eso sí, sangre rosa, blanco nacarado, azul... Les arrancó los ojos a todas las fotos que encontró por la casa, y los dejó pinchados en un alfiler en el pan de la panera. Del mueble de los zapatos sacó cogió uno de cada par y los metió en la lavadora. Con lejía, por supuesto.

Le entró hambre, así que se preparó un colacao y unas tostadas y se sentó a tomarlo mientras escuchaba como los zapatos daban golpes en el bombo metálico de la lavadora. Cuando terminó, fregó lo que había ensuciado y el resto de los platos que encontró en el fregadero. Luego, como se sentía un poco cansada, se fue a su cuarto, se puso el pijama, unos tapones de las orejas y se echó a leer. Debió quedarse profundamente dormida, porque sólo se despertó cuando la agitaron fuertemente. Pese a los tapones en los oídos, podía escuchar los gritos de su padre, sentir las lágrimas no vertidas aporreando las pupilas de su madre. Veía pasar a su hermana por el pasillo muy agitada, hablando por el móvil y haciendo aspavientos. De un brazo la sacaron de la cama, y al tocar el suelo se le empaparon los calcetines. A rastras la llevaron al salón. Se clavó un cristal en el pie, de alguna de las figurillas o copas que para echar la puerta abajo habían roto, pero no dijo nada. Zarandeándola, la llevaron por la casa, como para enseñarle los destrozos. “Que absurdo”, pensó, “yo ya lo he visto todo”.

Más tarde, en el hospital, mientras le sacaban el cristal del pie y le daban un tranquilizante a su padre, que seguía rojo de ira y tenía la tensión por las nubes, su madre hablaba con el psiquiatra del centro, acompañando con gestos de las manos y los brazos la narración de lo ocurrido. Su padre se unió a ellos y entonces, el enfermero la miró y le preguntó, sonriendo tímidamente:

- Pero, ¿qué ha pasado?

Ella le miro con curiosidad y le devolvió la sonrisa.

- Quiero decir, ¿por qué lo has hecho?
- Eres muy amable. De hecho, eres la primera persona que me lo ha preguntado. Muchas gracias, por eso y por sacarme el cristal, me molestaba mucho.

Y, volviendo a sonreírle, se echó para atrás en la camilla y le pidió:

- ¿Tenéis algo de leer aquí?

Zirbêth

viernes, marzo 17, 2006

PORQUE "FRIKIS" HA HABIDO A LO LARGO DE TODA LA HISTORIA...

"..., aunque Carlomagno no "inventara la escuela", es de hecho quien contribuyó a renovarla ampliamente en un Occidente donde la práctica de las letras había sido abandonada en parte en provecho de una cultura oral. El ejemplo vino de lo alto, del círculo más allegado al emperador, que reunió en Aquisgrán un activo grupo de sabios de todas las disciplinas, a quienes frecuentaba con regularidad. Siguiendo el modelo antiguo, se constituyeron en una "academia palatina" cuyos miembros tomaban prestados sus nombres de los héroes del pasado (a Carlos le llamaban David, a su yerno Angilberto, abad de San-Riquier, Homero, al gran sabio Alcuino, Horacio) y se estimulaban mutuamente con una práctica cotidiana de justas intelectuales, incluso en los célebres baños donde a Carlos le gustaba relajarse, según cuenta Eginardo."

Breve historia del Occidente medieval, Catherine Vincent, Historia, Alianza Editorial, 2001.

Ya véis, lo de ponerse pseudónimos no es nada nuevo...

Zirbêth.

jueves, marzo 16, 2006

ABANDONOS COLATERALES

Cuando una relación se rompe, y se rompe mal, no es sólo a la pareja a quien se pierde. Mcuhas veces, se pierden otros muchos afectos que iban con él. Personas que conociste por esa pareja, que quieres mucho porque eso de amar hace que se expanda el amor hacia aquellos a quienes la pareja quiere. Y entonces, pasa algo y el abandono no es sólo de la pareja. Lo es de todos esos otros afectos.

Abandono.

Zirbêth.

miércoles, marzo 15, 2006

CITA: LAS ENSEÑANZAS DE ERENDIS

"Los hombres de Númenor son medio Elfos (decía Erendis), en especial los encumbrados, pero en verdad no son ni una cosa ni otra. La larga vida que se les concedió los engaña, y se huelgan en el mundo hasta que los alcanza la vejez... Y entonces muchos de ellos abandonan los juegos al aire libre para seguir jugando dentro de sus casas. De los asuntos importantes hacen un juego, y del juego un asunto importante. Querían ser artesanos y maestros de la ciencia y héroes a la vez; y para ellos las mujeres son como el fuego del hogar, cuyo cuidado incumbe a otros, hasta que regresan por la noche, hartos de juegos. Todo ha sido hecho para servirlos: las montañas para minas, los ríos para sacar agua o hacer girar unas ruedas, los árboles para la madera, las mujeres para las necesidades corporales, y si son bellas para adorno de la mesa o el hogar; y los niños para bromear con ellos cuando no hay otra cosa que hacer... Pero lo mismo les daría jugar con una camada de perros. Con todos se muestran amables y bondadosos, alegres como la alondra en la mañana (si brilla el sol); porque nunca se enfadan si pueden evitarlo. Los hombres tienen que ser alegres, afirman, generosos como los ricos, repartiendo lo que les sobra. El enojo aparece sólo cuando advierten de pronto que hay otras voluntades en el mundo además de las de ellos. Entonces se vuelven tan despiadados como los vientos de los mares si algo se atreve a oponérseles.

Así es, Ancalimë, y no podemos cambiarlo. Porque los hombres hicieron Númenor: los hombres, esos héroes de antaño de los que cantan tantas hazañas... De sus mujeres no oímos tanto, salvo que lloraban cuando los hombres morían en combate. Númenor era un descanso después de la guerra. Pero si se cansan del descando y de los juegos de la paz, vuelven otra vez al gran juego: la matanzade hombres, la guerra. Así es, y nosotras estamos entre ellos. Pero no tenemos que consentir. Si también amamos Númenor, disfrutemos de ella antes de que la arruinen. También nosotras somos hijas de los grandes, y tenemos voluntad y coraje propios. Por tanto, no te doblegues, Ancalimë. Si permites que te dobleguen un poco, te han de doblegar más todavía, hasta que te echen por tierra. ¡Echa raíces en la roca y da cara al viento aunque todas tus hojas vuelen!"

De Aldarion y Erendis, Cuentos Inconclusos, J.R.R.Tolkien.

Zirbêth.

lunes, marzo 13, 2006

DUMAS

De los dos Alejandro Dumas, me quedo con el padre. No sólo porque si te gusta puedes disfrutar muchas más páginas salidas de su puño, sino porque me gusta más el carácter que refleja en sus escritos. Parece un hombre más tendente a la alegría que a la tristeza, a disfrutar de la vida más que a padecerla.

Ahora mismo, a la velocidad de una tortuga reumática, me estoy leyendo El conde de Montecristo. Pese a ser una mala edición, demasiado gorda y pesada (tanto, que me tiré varios días con dolor de dedos, de haberme pasado demasiado rato sujetándolo) y con evidentes fallos de traducción, con laísmos y leísmos aquí y allá. Pese a ser una mala edicón, decía, estoy disfrutánsolo muchísimo, incluso más de lo que ya disfruté de Los tres mosqueteros, hace ya años.

Leo muy lento, porque tengo poco tiempo, y cuando por fin cojo el libro, me quedo dormida en pocos minutos. Pero a veces consigo meterle un buen empujón, como ayer, que en dos viajes en metro le pude dedicar una hora y media, por lo menos. Y es genial este libro porque se nota que conoce mejor esta época que la de Los tres mosqueteros, e hila mucho más fino los diálogos entre los personajes y la crítica a la sociedad que, muchas veces, aprovecha para hacer a la vez que nos cuenta de las cuitas de sus personajes.

No es, ya lo sé, considerado un escritor genial si nos ceñimos a aspectos como la profundidad emocional de sus personajes, o la originalidad de los caracteres de los mismos. Son, probablemente, algo arquetípicos y sencillos, pues queda claro que lo que le interesan son más los actos que las descricpciones (lo cual le agradezco, porque en estos tiempos ya no tenemos tanto tiempo para leer como en los que él, y otros escritores de su tiempo, escribían capitulo tras capítulo para el periódico, con descripciones que a mí se me antojan eternas demasiadas veces). Pero están llenos de emociones y es muy divertido ver como la historia avanza, notándose ese efecto tan curioso de la periodicidad de los escritos, que me hacen pensar "eh, esto se ve que se le ocurrió de repente", y le da una sensación de frescura que, aunque le quite cierta coherencia y cohesión interna a la obra como conjunto, me resulta un delicioso ejercicio mental de búsqueda y descubrimiento de detalles.

Os pondría un trozo, pero sería bastante largo. Mmmmm, me lo pensaré. Pero, vamos, yo de vosotros, lo leería. Así, directamente.

Como veréis, soy una pésima crítica literaria. Pero disfruto mucho leyendo.

Zirbêth.

*Este post te lo dedico a ti, Vincent. ¿Vives en Madrid?

domingo, marzo 12, 2006

PERO ES QUE...

Es que, no es por ser siesa, pero parece que el ser humano sólo se supera a sí mismo cuando las pasa canutas. Se le ocurrió hacer canales para llevar agua, cuando vio que le faltaban tierras de sembrado y se moría de hambre. Por lo tanto, crearon herramientas para ello. Domesticaron animales para lo mismo. Y como es ejemplo, todos los que queramos.

La necesidad es la madre del ingenio. Vamos...

Zirbêth.

NO ES LO MISMO

El otro día, un amigo me dijo:

"No es lo mismo ser profundo, que estar hundido."


Y me pareció genial. La de veces que uno, en el pozo de la miseria por el motivo que sea, escribe o dice cosas supuestamente profundas, cuando en realidad lo que pasa es que está sufriendo.

Zirbêth.

miércoles, marzo 08, 2006

PERDÓN POR EL TONO... Y LA AMARGURA

¿Qué me pasa? Se que resulto críptica, que sueno a puro desaliento, que parece que me machaco...

Tengo poco tiempo para escribir y mucho que hacer. De lo poco que se me ocurre escribir, resulta que no debo hacerlo porque, o es sobre la mereth y estropearía las sorpresas a los invitados, o es sobre temas demasiado personales que los consejeros que pululan por el mundo insisten en que no debo airear por aquí. Vamos, que es autoprotección...

Pero se me escapa, se me van las palabras por los dedos, y las palabras resultan confusas, más diálogo de magos que otra cosa. Mis enigmas no los van a absolver ni los más dotados en perdonar (conste que estoy acordándome de Shakespeare, y no hablando de que haya pecado, ¿vale?).

Estoy confusa. Parte de mi confusión se debe a que no las tengo todas conmigo sobre lo que estoy haciendo o dejando de hacer, a que hay cambios que se divisan en el horizonte que voy a tener que autoimponerme por cuestiones de madurez exigida (son ya treintaytres años, y hay quien me mira entre impaciente y preocupado, más lo segundo que lo primero, me temo). Parte se debe a que cuando tomo una decisión que no agrada a ciertas personas, me insisten en que no debo hacer tal y cual, y flaqueo, y me replanteo, y dudo, y me pongo de los nervios y eso lo relentiza todo. Y total, al final, vuelvo a la misma conclusión, que a veces sigo aunque sepa que no es la mejor opción desde determinado ángulo de visión.

Básicamente, mis prioridades son erroneas según quienes me quieren bien, pero yo ya he tomado decisiones al respecto que voy a mantener, y la constante retroalimentación en contra me descoloca mucho y me lleva a crisis de las mías. Cada crisis, me paraliza un tiempo, y eso no hace sino retrasarlo todo.

Es decir: lo siento, pero voy a hacer lo que he decidido hacer, aún sabiendo que sería mejor que hiciese otra cosa. Eso, no condena mi existencia, dado que es una decisión para un periodo de tiempo muy corto. Pero que alguien sufra por mis decisiones me hace sufrir a mí, y eso es lo que hace que diga cosas como que a lo mejor debería callarme o mentir, para ahorrar quebraderos de cabeza a terceros, ahorrarmelos yo y hacer lo que quiero hacer, sea o no lo mejor.

Vamos: soy consciente de que trabajar y ganarme la vida es prioritario, que he de estabilizarme, asentarme, y dejarme de lo que es secundario según una escala de valores madura y adulta. Pero, aceptémoslo, soy inmadura, y el que el cambio de madurez se produzca depende de mí. Es inevitable, yo soy Peter Pan peleando contra mi sombra y, tras la mereth, me tocará joderme y convertirme en empleada y persona que trabaja para vivir, por más que me joda. Voy bien de dinero y no soy capaz de hacer las dos cosas a la vez.

Hala, a la mierda el callarme lo que pienso. A la mierda la autoprotección y todo lo demás. Lo siento mucho, pero necesito terminar esto de la mereth antes de ponerme con lo siguiente. Y lo siguiente es trabajar y ahorrar para poder dedicarme a preparar las oposiciones desde octubre, encerrada y viviendo de nuevo con mi madre. Y todo eso, con el convencimiento interior de que no voy a aprobarlas ni de coña, porque mi cerebro no da de sí para algo así por nervios, por falta de constancia, por óxido estudioso y porque soy una vaga que prefiere pensar que no puede conseguirlo para no tener que conseguirlo. Pero voy a intentarlo. Porque es lo que se espera que haga y porque, qué carajo, si suena la flauta tendré dos meses de vacaciones en verano, una nómina y la seguridad de que cuando me venga abajo no me quedaré sin comer.

De momento, necesito terminar la mereth. Y luego, ya me joderé y haré lo otro que debo de hacer: crecer y ser adulta para que muchos puedan descansar tranquilos.

Perdón por la amargura.

Zirbêth, que no sabe si la cosa sube, está ya arriba, o si se está volviendo a precipitar.

Pd/ Sí, percibo ser adulta como joderme, porque mucho de lo que conlleva es una putada y mi idealimso lo rechaza de plano. Así que he de matar el idealismo para llegar algún día a tener una casa, un trabajo, una estabilidad y hacer cosas de personas mayores que, lo sé, en el fondo es lo que quiero hacer pero me da miedo porque es mucho más comprometido y complicado. Es decir, hay que joderse ahora para joderse menos en el futuro.

lunes, marzo 06, 2006

CREAR

En su versión en español, la opción de escribir un mensaje de blogger reza "crear". Llevo meses y meses diciendo, mal-diciendo, "postear". Y no deja de ser curioso, cuando mucho de mi discurso vital del día a día se arropa en esas cinco letras: crear

En el smial, lo que me mantiene allí, más allá de la amistad que tenga con los miembros del mismo, es la posibilidad de desarrollar la creatividad, de crear. Lo que hace que no cierre el blog ni siquiera en los peores momentos, es la posibilidad de escribir, por malo que sea lo que escribo. Es decir, de crear. Lo que más me llena de coser, lo que ha hecho que descubra que coser mola, es que es otro modo de crear.

Pero últimamente no creo una mierda. Apenas escribo nada, y lo que escribo, es "por encargo" o muy poco inspirado y, por tanto, poco satisfactorio.

Hablaba de decepcionar hace un rato. Creedme cuando os digo que, de los que decepciono, yo soy a la que más constantemente lo hago.

Zirbêth.

Y AHORA, CUESTA ARRIBA

Este tobagan es divertisísimo. Una vez se me ocurrió un malísimo relato corto llamado montaña rusa que jamás vio la luz (ni la verá, creedme), donde comparaba lo que siento al enamorarme con un viaje en vagón de montaña rusa. Ahora que han pasado más años de los que quisiera, y algún desamor que, de verdad, la vida me podría haber ahorrado, he llegado a la conclusión de que no es que sienta así los enamoramientos. Es que mi vida entera es una jodida montaña rusa.

Zirbêth, echando muuucho de menos el prozac.

HABILIDADES ESPECIALES

Sí, eso que en otros círculos llaman superpoderes. Pero que, debido al cariz negativo que conllevan, no puedo llamar de otro modo que el mencionado, y eso sólo porque me quiero pitorrear de mí misma.

Creo haber mencionado ya lo de atragantarme con mi propia saliva. No sé si alguna vez he hablado de la dislexia dáctil provocada por el uso desenfrenado del msn. Pero de lo que estoy convencida es de que no he mencionado esta increible capacidad mía para decepcionarme a mí misma y a quienes me rodean.

No hay una periodicidad concreta, pero lo cierto es que ocurre indefectiblemente cada vez con más continuidad. Tampoco responde siempre a un patrón de causa-efecto concreto, sino más bien a azarosas coincidencias circunstanciales.

Eso sí: cada vez soy más condescendiente y me perdono antes.

Zirbêth, con sabor a basura podrida en los labios.

viernes, marzo 03, 2006

HILOS DE PLATA

Cuando despertó... Bueno, si es que se puede llamar a aquel abrir de ojos tras la más absoluta oscuridad. Cuando despertó, lo que sus ojos pudieron captar fueron unos hilos de plata tras una cortina borrosa rojiza. Aquellos hilos le hacían cosquillas en el restro, en el cuello, en los labios. No trató de moverse, pues algo le decía que eso, moverse, ya no iba a tener el mismo significado. Nunca más. Cuando se rió, su risa le sonó distante y extraña, como esos sonidos lentos y graves que se escuchan bajo el agua. Pero no sentía humedad alrededor. Tan sólo las cosquillas causadas por lo que parecían ser hilos de seda.

Cerró los ojos de nuevo, y sintió como levantaban su cuerpo y era llevada a través de un pasillo largo hasta una estancia caldeada donde sonaba una música suave y lenta. Por alguna razón que no quería encontrar, aquel dejarse llevar sin oponer resistencia le parecía lo más natural del mundo. Se dejó desvestir por aquellas manos que sólo conocía por el tacto, obstinada como estaba en no abrir los ojos. Cuando sintió alrededor el agua caliente, casi hirviendo, un escalofrío recorrió su cuerpo y, entonces, escuchó una voz que le decía:

"Abre tus nuevos ojos, hija, y contempla a tu padre".

Zirbêth.

jueves, marzo 02, 2006

CAMBIO DE PAISAJE Y DE PAISANAJE

Esa frase me la han dicho muchas veces, aunque cuando más la escuché fue el pasado verano. Desde agosto, no salgo de Númenor ni me relaciono con otras gentes, y me pide el cerebro un cambio. Necesito respirar otro aire, cambiar las vistas y las conversaciones. Necesito irme unos días y desconectar de todo. Sé que puede resultar contradictorio, pero ahora mismo Madrid me resulta claustrofóbico y siento que esta ciudad se me ha quedado pequeña.

Va a ser sólo un fin de semana, aunque si pudiese, me esparía a hacer el camino de Santiago, o me iría a algún lugar donde fuese pseudoverano y con mar, para pasarme un par de semanas de serenidad, baños, caminatas y, en general, regeneración física y mental.

En días como estos, me dan ganas de buscar curro en lugares como albergues y campamentos, en países lejanos o, al menos, lugares algo perdidos. También me valdría cualquier trabajo que no requisiera contacto con otros seres humanos o sólo un contacto muy relativo. Tengo ganas de cosas muy opuestas: o irme a un lugar donde no conozca a nadie y todo sea nuevo y, digamos, explorable, o de quedarme tranquilamente en casita, sin que nadie me moleste y sin tener que ver a nadie para nada.

Vamos, que estoy cansada y autista. Menos mal que este finde descanso.

Zirbêth.

LA CAJA DE PANDORA

No deja de ser curioso como el asunto de las caricaturas de Mahoma ha dado alas a que muchos otros intolerantes se dediquen a perseguir manifestaciones creativas contrarias a sus "creencias". En los carnavales, demandan a unos chirigoteros por la letra supuestamente antimusulmana de sus canciones burlescas. ¿Acaso no saben que el carnaval se hizo precisamente para mentar de chanza hasta lo más sagrado de cualquiera? Y lo de anoche ya, es espeluznante: una bomba contra un autor de teatro regalito presuntamente de los ultracatólicos, por meterse con sus creencias...

De las caricaturas, la ultraderecha danesa ha salido reforzada. Pero parece que la intolerancia se va extendiendo cual mancha de aceite (que ni la del Prestige, vamos) y la respuesta violenta y fanática en ciertos países musulmanes está teniendo su equivalente aquí mismo, en la piel de toro. Y es que hay mucha gente que entiende lo de la libertad de expresión sólo a medias. La parte de "puedo decir lo que me parezca", esa, la pillan sin problema. Pero cuando se trata de "los demás también pueden decir lo que les parezca", ahí ya no, mira por donde. Eso de que haya gente que opine que, por ejemplo, dios no existe y se atreva a decirlo o a hacer crítica al respecto, eso es una barbaridad y ofensivo para ellos. Así que, hala, hay que callarles la boca.

El animal que anoche puso la bomba en el teatro Alfil para que explotase cuando la obra estaba en plena representación, seguro que se perdió la clase en que explicaban eso de la libertad de expresión. Seguro que de los derechos humanos, no ha oído hablar jamás. Y sospecho que fue de los que se rió con las dichosas caricaturas de Mahoma.

Tal vez sea infantil por mi parte, o "peliculero", pero a mí todo esto me parece fruto de un plan bien estructurado (bueno, la parte española más chapucera, seguro) para meter el miedo en el cuerpo a cuantos más mejor y hacernos, de ese modo, más manipulables.

Zirbêth.