jueves, septiembre 29, 2005

PARA ERENDIS

Erendis está enamoradísima y feliz. Es dulce y sincera, y no le da ninguna vergüenza ponerse pastelosa perdida con su amor y sobre su amor. Y no he podido evitar, al leer la frase que tiene en el msn, acordarme de esta canción de Mecano. Para ti, preciosa.

"Las Cosas Pares"

Pensando en ti
pensando en ti,
consigo que tu también pienses en mí.
La vibración de mi corazón,
no conoce la distancia.

Repaso tu figura desde la cabeza,
pasando por el cuello llego hasta una pierna,
me paro en la cintura para descansar,
sólo tú, sólo tú, sólo tú.

Después me voy fijando más en los detalles,
los ojos y los labios y las cosas pares,
si algo me despista vuelvo a comenzar,
sólo tú, sólo tú, sólo tú.

Pensando en mí
pensando en mí,
tú puedes conseguir que yo también
piense en ti.
La vibración de tu corazón
no conoce la distancia.

Repasa mi figura desde la cabeza,
pasando por el cuello llegas a una pierna,
parando en la cintura para descansar,
sólo yo, sólo yo, sólo yo.

Después te vas fijando más en los detalles,
los ojos y los labios y las cosas pares,
si algo te despista vuelve a comenzar,
sólo yo, sólo yo, sólo yo...


Que seas muy feliz.

Zirbêth.

miércoles, septiembre 28, 2005

CINE ESPAÑOL

El otro día fuimos al cine un grupo de amigos. Durante los trailers, jugaron a adivinar si la película anunciada era española o americana, usando como método de discernimiento el si había sexo o no. Algunos de mis amigos son de la opinión de que el cine español es un asco, y lo argumentan diciendo que es que, o es de amor y sexo en clave de humor, o son historias desde raras a deprimentes. Prefieren el cine americano, ese de historias de aventuras con final feliz, de violencia simpática donde el arma en manos del bueno es honrada aunque mate a más gente que el supuesto grupo de malos.

Me gusta ver pelis, y me gusta el cine. Hago el distingo, porque no todas las pelis son cine, a mi modesto entender. Cuestión de calidad creativa, porque la cantidad de productos recauchutados para consumo masivo es lo que prima en este momento, me temo. De algún modo, entiendo que, proporcionalmente, se hace mucho más cine en España que en América. Normal, supongo. Aunque avancemos por la senda del consumismo a pasos de titán, no hay una industria del entretenimiento tan desarrollada como en Yankylandia. El dinero destinado a hacer películas es bastante escaso, así que, cuando se hace algo, por lo menos la intención es, muchas veces, de hacer cine. También hacemos pelis de palomitas, pero, las cosas como son, no tenemos la receta tan lograda.

Y me alegro. Me gusta ir al cine y ver cosas diferentes. Prefiero mil veces una Al otro lado de la cama, una El día de la Bestia, a eso último que hizo Spilberg llamado La guerra de los mundos. Por poner un ejemplo, vamos. Y, ya puestos, me gusta infinitamente más el cine de contenido social español que tanto vilipendian algunos de mis amigos, a la mayor parte del cine yanky. Lo que llaman el "cine de putas y maricones" me parece cien mil veces más cine que esas de héroes de pacotilla sin más mensaje (o con el horroroso mensaje) que "papi mata, pero lo hace por el bien de su hijita" y similares.

Me temo que el puritanismo americano se nos está metiendo por los ojos y los oídos de manera enceguecedora y ensordecedora. Pero supongo que, con los años, estos amigos superarán esa fase ñoña y se darán cuenta de que el cine español es algo más que putas, maricones y sexo que no tapa la púdica sábana.

Zirbêth.

SUPERARLO

¿Cuándo conseguiré superarlo del todo? No es como me pasó con Carlos, que seguí queriéndolo durante años después de haberse acabado aquello del todo. No, esto no va de eso. Es la primera vez que siento este infame rencor, este odio, porque ya no lo definiría tampoco de dolor. No siento añoranza, rara vez pena, ni celos por esa ... con la que está. Es odio, sí, ganas de que sufra, de que le salga todo mal, de que pierda lo que sea que más quiere. Son malos sentimientos, pero existen, y no me avergüenza admitirlo.

Pero estoy deseando llegar a esa fase, que sé que existe, en que ya ni le vea aunque esté delante, que me resbale que exista, que me la reflanfinfle. Y, debido a ese olvido e indiferencia, que pueda volver a enamorarme, cuando aparezca alguien apropiado.

Los malos sentimientos existen, están ahí, aunque nos empeñemos en negarlos. Yo no los niego, como veréis, pero trato de no dejarme llevar por los malos instintos, esos que sí que pienso que hay que evitar y reprimir. Bastante malo es esto del desamor, como para encima acabar cayendo bajo y haciendo cosas feas. Lo que faltaba, vamos.

Zirbêth.

martes, septiembre 27, 2005

ALGO DE TIEMPO

Lo que decía antes. Voy a disponer de algo de tiempo. Quizás aproveche y de un empujoncito a mis relaciones sociales. El otoño me reactiva las ganas de conocer gente y del contacto físico (eso que algunos podrían llamar intercambio de fluídos). Y Elia/Miriel me reprochó ayer que el pasotismo ante el amor (con carió, todo hay que decirlo). Yo, si aparece un hombre agradable e interesante en mi vida, pues genial, lo que pasa es que peco de un exceso de realismo, que muchos dirían que raya en pesimismo, y veo como está el patio y casi que me da por sopesar el vertiginoso cambio de acera... Na, es coña. No me gustan las mujeres tanto como para eso, aunque sigo esperando mi oportunidad con Angelina Jolie, jeje.

Hoy, para celebrar que ya he terminado de buscar empleo por una temporada, a eso de la una y media de la tarde me he metido en la cama con una cochinadita de comer a terminarme el libro que me estaba leyendo. Y me he empezado el siguiente. Aaaah, que gran placer poder leer sin el susurro lastimero de la conciencia diciéndome con constancia rayante en el disco rayado que debería estar haciendo otra cosa. Tengo un subidón de ánimo, como se puede observar. Como la otra noche en Buitrago, que hasta ligar me apeteció: ligar sin trascendencia, por el placer de tontear y tal. Seguro que PsicoCarmen me diría aquello de "ojito, que el subidón no es más que la otra cara de la moneda". Pero hasta ella tendría queadmitir queel exitazo de Buitrago y el haber conseguido curro justifican sobradamente mi alegría.

Este nuevo trabajo va a traer un poco de relax intrtascendente a mi vida: un traajo que se acabará al salir del mismo, que me dejará mi tiempo para mí al salir, si me apetece, o para hacer cositas más trascendentes (ya sé, no paro de repetir la palabra de marras),como seguir preparando oposiciones o aprender algún otro idioma y perfeccionar el inglés más y más.

Planes, sí, pero los planes son una manifestación de eso que el ser humano es y necesita ser: proyecto. Ya sólo me falta alguien con quien compartirlos.

Zirbêth.

CURRELE

Bueno, ya tengo curro. Hoy mismo he hecho la entrevista, tengo el curso de formación dentro de unos días y para el 22 empiezo a trabajar. Me deja un poco justa de pelas, pero la verdad es que me alegro de que me queden unos días libres antes de ponerme a trabajar. Así, podré finiquitar otros asuntos y permitirme hacerme el vestido que, debido a Buitrago, no pude hacerme. Además, aunque es un contrato de cuarenta horas semanales, lo cierto es que al día trabajo sólo seis, lo cual me dejará tiempo para estudiar o hacer otras cosas. La mayor pega que le veo es la alternancia de turnos: una semana de mañana, una de tarde, una de mañana, una de tarde. Pero está bastante bien. Trabajo con público, atención directa al cliente, que es lo que me apetecía. El sueldo no es una maravilla, pero tampoco está mal y hay comisiones desde la primera venta. Estoy contenta. Veremos a ver qué tal es el ambiente de trabajo y cómo me desenvuelvo. Y me pilla bien de casa, en Serrano. En fin. Deseadme suerte.

Zirbêth.

lunes, septiembre 26, 2005

ASUNTOS DE FAMILIA

Fue hace muchos años. Tantos, que ya no recuerdo exactamente lo que pasó. En realidad casi nunca pienso en ello. Pero hace unos días volvió a mi cabeza en alas de una mentira y una boda. Lo que son las cosas.

A veces, lo sé, parece que soy demasiado estricta, demasiado taxativa y rígida. En este sentido que os voy a contar, sólo lo he sido en dos ocasiones. Una con un miembro de mi familia y otro con ese ex que tantos posts ha inspirado. La decisión de sacarles completamente de mi vida y no volver a tener relación con ellos, salvo en situaciones en que sea inevitable. Ambos comparten motivos: siendo personas a las que he querido muchísimo, han traicionado completamente mi confianza, aunque debo decir que, de los dos, mi prima Ana fue la peor. Lo de que vaya a contarlo se debe a que hace unos pocos días he descubierto que va dando una versión de los hechos de lo más imaginativa. De este modo, rompo el silencio que hasta este momento me había impuesto: ya está bien de que el que calle se tome como que otorgo.

Poneros en antecedentes en condiciones me llevaría demasiado tiempo. Sólo os diré que, por aquel entonces, mi madre mi hermana y yo vivíamos en casa de mi abuela, con ella y con la hermana pequeña de mi madre. La situación era muy tensa, gracias al buen hacer de mi abuela en el arte del divide y vencerás. Siempre ha sido muy manipuladora, pero desde que mi abuelo murió, ya no ha habido quien la controlase o, al menos, lo compensase. Así que, lo que empezó siendo un irnos a vivir con la abuela para ahorrar en alquiler y ayudarla y que no estuviese sola, se fue convirtiendo, progresivamente, en un infierno provocado por su increible habilidad para crear tensiones, mentir a unos sobre otros y demás técnicas para evitar que nadie la controle y conseguir salirse con la suya: lo dicho, divide y vencerás. La cosa llegó a límites insoportables cuando mi tía se vino a vivir con nosotras. Si os contara las cosas que llegó a hacernos a unas y otras de manera que pareciese que había sido cualquiera de las nosotras menos ella, no me creeríais. Un ejemplo: mi tía tenía una ropa en remojo en un lavabo y cuando fue a enjuagarla, descubrió que había caca de (previsiblemente) gato en ella. Montó en cólera y fue directamente a por mi madre... Por supuesto, había sido mi abuela. Mi madre ni siquiera había estado en casa ese día hasta prácticamente diez minutos antes. Como esa, le pillé a mi abuela muchas más. Nunca me hizo nada a mí: es lista y sabe que yo jamás me callo y la trato como a cualquier persona más, no con ese reverente respeto a su ancianidad que sus hijos y el resto de mis primos si le tienen. Siempre le he hablado con claridad cristalina y no le paso una.

Si en la familia hay alguien que se parezca a mi abuela, esa es, sin duda alguna, mi prima Ana. Tiene tres años menos que yo y, surante la infancia, no me caía bien, aunque debo decir que en buena parte era a causa de su padre. La mimaba muchísimo, y ella sabía bien que llorar era el modo de conseguir lo que quisiese. Su padre, delante de nosotros, le daba todos los caprichos. No sé si sería igual a solas. Al cabo de los años, en la dolescencia, la cosa cambió. Nos hicmos amigas y, durante años, compartimos todos los secretos. Hasta que, un buen día, me cansé.

Seguía siendo una niña consentida, y yo estaba a punto de romperme por el estrés de los años de la separación y la convivencia en casa de mi abuela. En aquellas fechas, mi madre estaba preparándose oposiciones, muy nerviosa, luchando contra viento y marea por hacerse con un puesto mejor pese a que aquella casa era el lugar menos indicado para estudiar que podáis imaginar. Por mi parte, estaba más perdida que un pulpo en un garaje. Entre otras cosas, había conocido a un chico que me caía genial pero no me gustaba, y estaba tratando de hacérselo entender de manera suave (ya entonces apuntaba maneras de Dama de Honor).

Yo vivía en Granada, y mi prima se vino un fin de semana antes del examen de oposiciones de mi madre. La casa, como siempre, era un campo de batalla. No avisó o, al menos, no pidió permiso. Cuando llegó, se hizo dueña de mi tiempo. Me faltó determinación, porque mi madre me necesitaba ese finde y yo cedí a los deseos de mi prima. Lo primero que sucedió es que, tras contarle lo del amigo ese, le propuso por teléfono que se viniese a la playa con nosotras. Yo no tenía dinero, le había dicho que no podía permitírmelo, pero si él venía, teníamos coche, así que, aprovechando que yo le llamé para desearle suerte en su último examen de carrera, se lo propuso. Él, claro, aceptó: estaba buscando su oportunidad, la oportunidad que yo no le daba.

Fuímos a la playa y ella no puso un duro para gasolina. onía la casa. Mi amigo me pagó la comida porque, si non recuerdo mal, creo que yo llevaba unas mil pesetas o menos. Al llegar la noche, se empeñó en salir de marcha. La zona estaba casi vacía y poco había que hacer. Bebió mucho, mientras mi amigo y yo hablábamos y yo trataba de llevar la situación lo mejor posible. A las seis de la mañana, por fin, nos fuímos a dormir. Pese a que yo le había dicho que no quería nada con mi amigo, ella me preguntó delante de mi amigo si me iba a acostar con él...

Me sentó mal, pero no me enfadé. Yo, antes, era suave y no me enfadaba nunca. Bueno, y no tan antes. Con la gente a la que quiero, me cuesta horrores enfadarme y tomarle en cuenta las cosas que hacen mal. Siempre les disculpo, de un modo u otro. Al día siguiente, volvimos a casa de mi abuela. Fue un viaje bastante tenso, como podréis imaginar. Esa noche, mi madre nos llevó a por una peli al videoclub, pero puso la condición de que fuese para todos los públicos. Mi prima escogió una para mayores, de manera que los hijos de mi tía, que eran peques, no pudieron verla, como tampoco mi hermana. Y, encima, se quedó dormida y no la vió. Mi madre me regañó a mí, claro está.

En casa, el dinero brillaba por su ausencia. Por la mañana, me fui a hacer compra con dinero de mi madre y dinero de mi abuela. O, debería decir, con dinero que mi prima le había dejado a mi abuela. Era tarde y nos cerraban la tienda: no daba tiempo a ir a sacar dinero, pues el banco estaba en el pueblo de al lado. Mi prima se quedó en casa, yo me fui a hacer la compra. Cuando volví, mi madre estaba llorando en la puerta de casa. Todo había estallado. Nunca sabré con certeza que fue el detonante, porque allí todos gritaban. Algo había pasado, y Ana, mi prima, había acusado a mi madre de tratar mal a la abuela y de ser la culpable de que hubiese tan mal ambiente. Ana, evidentemente, no tenía ni idea de lo que allí se cocía. Mi abuela aprovechó mi ausencia para liarla, estoy convencida. Demasiado silenciosa estuvo después, y corroboró la mentira que, más tarde, mi prima extendió y por la que, en buena parte, soy persona non grata para muchos en mi familia.

Mi madre me contó eso, que Ana le había gritado acusándola de tratar mal a la abuela y estar volviendo loca a mi tía y tal y cual. Yo, prudente, traté de calmar a mi madre y me fui a hablar con mi prima, a preguntarle su versión. Estaba en mi habitación. Quise escucharla, porque pensé que, a lo mejor, con los nervios por el examen, podía haber malinterpretado lo que fuese que mi prima le había dicho. Pero, al entrar en mi cuarto y preguntarle, me repitió exactamente lo mismo que mi madre me había dicho. Insultó a mi madre, la acusó de actos que, estoy segura, eran cosa de mi abuela. Lleva muchos años mintiendo a los hermanos, a unos sobre otros, para que nadie sepa realmente lo que está pasando. Mi madre y yo lo descubrimos hace mucho, y mi madre ha sufrido mucho al ver quién es su madre, aunque ya lo ha superado casi del todo. Sé que algunos lo están descubriendo ahora e imagino por lo que deben estar pasando.

Cuando mi prima me repitió las mismas acusaciones que yo había querido tomar de boca de mi madre como exageraciones por los nervios. toqué fondo. Reventé. Ya no podía más, me había cansado de manipulaciones, de mentiras y de que atacasen una y otra vez a mi madre. Ya me habían puesto otra vez contra la espada y la pared cuando la separación. La elección fue, o mi madre, o toda la que, hasta entonces, había sido mi familia paterna. Mi elección, en ambos casos, fue la misma: mi madre. Una de las mejores personas que jamás he conocido, y no es pasión de hija, lo prometo. Es idealista, responsable, honrada, dulce, inteligente, con voluntad de hierro... Me faltan las palabras. Y ha sufrido demasiado, demasiadas personas la han tratado mal, empezando por su madre y acabando por su propia hija, mi hermana. Aunque no siempre se lo demuestre y le de disgustos de vez en cuando, es la persona más importante del mundo para mí. Así que reventé.

Pero, pese a que reventé, lo hice con relativa suavidad. La mandé callar y le dije que se fuese de mi habitación. Ella me respondio que aquella casa era tan suya como mía, porque era de nuestra abuela y que no se iba. Mi respuesta fue sencilla: "Es cierto, pero ahora mismo esta es mi habitación y quiero que salgas de ella".

No volví a hablar con ella en años. Años en que me he dedicado a mi vida sin preocuparme demasiado de aquello. Pero, hace unas semanas, ha enviado las invitaciones de su boda a toda la familia excepto, claro está, a mi madre, a mí y a los demás proscritos familiares. Mi primo Saruman ha sido invitado con el resto de su familia, pero ha dicho que le parece una desfachatez que no me hayan invitado a mí y que no va. Sus padres, para quien yo soy mala influencia y anatema, me temo, le han dicho que tiene que ir porque lo contrario sería poco diplomático. Para Sarman, los poco diplomáticos son ellos, a lo que sus padres han respondido diciendo que es normal que no me inviten, que yo no soy de fiar, porque una vez eché a mi prima de la casa de mi abuela...

¡¡¡Perdón!!! Yo no eché a nadie de la casa de mi abuela. Simplemente, me harté y le dije que se fuese de mi cuarto. Pero, al parecer, ella se fue a casa de otro de mis tíos, que vive cerca de mi abuela, y les dijo que yo la había echado.

Mi prima, a lo largo de los años, se las ha apañado para aparentar ser quien no era, dar una cara a unos y otra a otros, y ganarse a los más manipulables de la familia. Yo, fui declarada persona non grata desde entonces. Al cabo de los años, en una reunión familiar, empecé a hablarle de nuevo, pero sólo por cortesía. Admito que incluso pensé en volver a tener contacto con ella. Ahora, visto lo visto, me alegro de que se me pasaran las ganas.

Odyseo hablaba en uno de sus últimos post sobre cómo a veces no mostramos lo que sentimos o no sentimos lo que mostramos, sobre la valentía de admitir incluso los malos sentimientos y no mentir sobre ellos. Procuro no mentir sobre mis sentimientos, aunque a veces escondo los más violentos o, por lo menos, trato de evitar sus malos efectos. Sentimientos intensos pueden llevar a acciones impulsivas que luego lamentamos. En el caso de mi prima, creo que no fue el caso. Debió dolerle que no la "eligiese" a ella, y se ha vengado. Espero que disfrute de su pírrica victoria. Tal vez, vaya a su boda. Jamás hubiese ido si me hubiese invitado, pero ahora me siento tentada a ir...

De todo esto, de todas formas, hay que "reconocerle el mérito" a la escuela de manipulación de la que mi abuela es fundadora en esta familia. Si mi abuelo levantase la cabeza...

Zirbêth, harta de infamias.

BUITRAGO

Ha sido genial. No todo ha ido tan perfecto como hubiese deseado, pero, por todos los Valar y el mismísimo Eru, ha sido una auténtica gozada. La feria en sí, la mejor que jamás he visto. Montones de puestos (no todos medievales, cierto, pero aún así), mucha gente caracterizada, los animadores y músicos metidísimos en su papel. Cuando, el año que viene, el ayuntamiento provea de servicio de limpieza efectivo, termine de empedrar lo que faltaba en esta ocasión y nuestras actuaciones puedan celebrarse en la plaza de armas del castillo, entonces ya va a ser inmejorable. El concierto de por la noche fue una maravilla, bailé todo lo que pude. Dioses, debería haber una de estas ferias una vez al mes, catarsis sana de tanta polución, motor de coche, chunda chunda vulgaris y tristeza creativa.

Ha sido un honor ser La Pepa, la hija de "El Conde Sisebuto". Pese a que me travé al principio, me reí tanto o más que el público. Que divertido resultó, vamos. Si hubiera ocasión de repetirlo, ya lo creo que reperiría. Pobre de mi amado Lisardo, que además de muerto, ha acabado resfriado: crueldades climatológicas provocadas...

Ahora... Ahora, además, del dolor de pies, de que mi vestido blanco está realmente sucio y ajjjqueroso por los bajos, queda recoger todos los trastos que se han ido acumulando por la casa. Y, esta tarde, la entrevista de trabajo. ¡Espero no dormirme frente al entrevistador! Estoy reventada. Pero feliz, muy feliz. Más de lo que en mucho tiempo recuerdo...

Zirbêth.

viernes, septiembre 23, 2005

PARA OCASIONES ESPECIALES

Es una certeza matemática: si se acerca un día señalado por su importancia laboral, su especial emotividad o cualquier otra situación para la que necesites estar lo más presentable, incluso guapa, posible, ellos aparecen. Aparecen de manera escandalosa para fastidiarte a más no poder, para salir en primer plano en las fotos, para aportar su granito de inseguridad y nervios al evento.

De momento, ya tengo en el labio de abajo un herpes o fiebre. Veremos lo que tardan en aparecer granos y sarpullidos. Eru, que cruz...

Zirbêth.

jueves, septiembre 22, 2005

PUFFFF

Ya sé, no escribo. Lo siento, pero ando más que liada con los preparativos de las actuaciones en la Feria Medieval de Buitrago. Es este sábado, empezando nuestras representaciones a las seis y media de la tarde. Aún me queda mucho que coser y pulir mi papel, así que, la verdad, os tendré abandonados hasta, como poco, el domingo. Luego...

Luego, el lunes tengo una entrevista de trabajo que espero bordar y que me den, así que ya veremos qué tal ando de tiempo para escribir. Aunque lo echo de menos...

Zirbêth.

domingo, septiembre 18, 2005

CANSANCIO

El pasado viernes, T. me hizo la siguiente observación: "Jo, es que siempre estás cansada...". Y tiene razón. El motivo, lo desconozco, aunque puede tener que ver con la ansiedad. Cierto es que, ahora que hace fresco, ya estoy menos cansada. Pero no menos cierto resulta el hecho de que tras un esfuerzo de unas pocas horas, estoy tan cansada como lo estaba hace un año tras diez horas de trabajo intensivo en la tienda.

Sin embargo, hay un matiz que tal vez a T., y al resto de la gente, le haya pasado inadvertido: sólo me canso cuando eso que he estado haciendo, lo he hecho con mucha gente. Es el estar con gente lo que me agota, no la actividad en sí.

Y yo buscando trabajo de atención al público...

Zirbêth.

EL CLUB

Hay un club al que yo no pertenezco, para bien o para mal. El club de los constantes o, como me gusta llamarlo, el club de "el que la sigue la consigue".

Ya me lo dijo Sixto, cuando tenía doce años: no soy constante. ¿No lo era, o estamos ante uno de esos típicos casos de profecía autocumplida? Da igual, el hecho es que, para muchas cosas, no soy constante. Culillo de mal asiento para los trabajos, por ejemplo. Me gusta la variedad, cuando llevo mucho (mi propio concepto de mucho, que esa es otra), me parece que ya no puedo aprender nada nuevo y siento una especie de sensación de ahogo... Busco otra cosa, una nueva experiencia, un nuevo desafío. Soy de lo más inmaduro a este respecto.

Pero tampoco es justo decir que son inconstante, así, en general, y cambiar de tema. Soy constante para muchas otras cosas: en mis afectos, en la lectura, en la escritura (aunque no me centre en un sólo proyecto), en mi empecinamiento por aprender a coser... Quizás no son grandes metas, desde el punto de vista ajeno, pero ya es algo.

Luego, además, creo que hay un aspecto en el que jamás he sido del club y que, lo cierto, es que me pone muy nerviosa cuando algún "socio" me pone como objetivo. Para bien o para mal (otra vez), cuando digo que no, es que no. Así que cuando alguien a quien digo no se empecina e insiste, porque son del club, empiezo poniéndome muy nerviosa y acabo siendo de lo más borde y seca. Sobre todo en momentos como este, en que tengo la ansiedad por las nubes...

Zirbêth.

sábado, septiembre 17, 2005

NUEVE KILOS

Así es. Se dice pronto, vamos. Diecisiete años y nueve kilos. Le sentó mal la comida y se puso enfermo, y los antibióticos que le dieron le han probocado un shock anafiláctico. Se ha pasado dos horas en coma, según el doctor, pero finalmente ha abierto sus enormes ojos verdes. A.L. dice que se tiró ayer cinco horas en la consulta, esperando, y que temió que se le quedará allí...

Es probablemente, el gato más grande y viejo que conozco. Y el que más malas pulgas tiene, también.

Zirbêth.

RUNAWAY HAMSTER

Por lo menos, una de las crías se ha escapado esta noche. Al darle un ligero puntapié a una de mis botas de estar en casa, ese característico y peculiar sonido chirriante de defensa ha surgido de sus negras y mullidas profundidades: uno de los enanos me miraba desafiante. Al devolverlo a su jaula, su madre le ha zurrado. No, no era en plan didáctico. Es que estos bichos son tremendamente territoriales y con que pasen unas pocas horas separados ya no se reconocen sino como enemigos. Me ha llevado un rato de "terapia familiar" en mis manos los dos juntos hasta que parece que lo ha reconocido y aceptado. Tengo que deshacerles el nido, muy a mi pesar, a ver si los demás están allí.

Esa jaula, definitivamente, no sirve para estos bichejos.

Zirbêth.

FRESQUITO

Ayer pasé un calor tremendo y, por la noche, cosiendo eso que no puedo comentar aunque me muero de ganas, me tuve que poner el ventilador, porque el sudor me caía por las corvas de las rodillas y otras zonas del cuerpo. Pero, al cabo de unas horas, empezó a llover. No la lluvia que necesitamos, pero lluvia, al fin y al cabo. Y ha amanecido nublado, y tengo frío. ¡Qué sensación tan deliciosa! Disfruto poniéndome pantalones de algodón largos, una camiseta que tapa los riñones, calcetines (¡calcetines!) e incluso una sudadera. Ahora mismo, a través de la ventana abierta escucho y huelo la lluvia, con el vello de punta por el frío. ¡Cómo me gusta el otoño!

Zirbêth.

CREO...

... que estoy siendo cómplice de un autoengaño. No importa que sea producto de un acto de fe, de apoyo a quien temo que se está mintiendo. Eso que podríamos llamar sexto sentido, me está dando sonoras, contundentes y constantes señales de alarma. Creo que va a peor y que mi amistad no le está beneficiando, sino agudizando eso que se supone ya no siente.

¿Debería alejarme un tiempo, como ya hice antes? Menuda duda más tremenda. Me lo paso muy bien con él, pero siento que algo no anda bien. Ya he pasado antes por esto. No quiero que acabe odiándome.

Zirbêth.

UNA SEMANA

Estamos a una semana de la Feria Medieval de Buitrago, y aún nos queda mucho por hacer. Demasiado, diría yo, de hecho. Entono la primera el mea culpa, pues aún no me he aprendido mi papel en la obra en la que participo. Aunque aduzca la razón de que el resto del reparto estaba de exámenes y tampoco había posibilidad de ensayar, lo cierto es que, al menos, me podría haber aprendido mis líneas. Menos mal que no es demasiado...

En la fase personal en que me hayo, lo cierto es que el actuar frente al público me atemoriza un poco. Normalmente, disfruto mogollón, incluso obscenamente, dada esa naturaleza exhibicionista que tengo. Pero ahora mismo, si estar con más de tres personas me pone nerviosa, imaginad cuando se trata de multitudes. Multitudes con las que me tengo que comunicar, no cualquier multitud, claro está.

Volviendo a lo más importante, nos queda una semana para ensayar hasta dejarlo bordado. Encima, me han enmarronado para el duelo, que, siendo sincera, no me apetece lo más mínimo; por eso ya me había salido del proyecto antes. Eso, sin mencionar todo lo que me queda por coser...

La semana que viene va a ser agotadora.

Zirbêth.

jueves, septiembre 15, 2005

SUMAS

Mmmm, supongo que ha sido la suma de muchas casualidades. Ver Demolition man; rescatarviejas fotos para verlas con un amigo; los perritos en Nebraska; las conversaciones sobre amor a altas horas de la madrugada (debería decir desamor, más bien); las amigas que preguntan por situaciones que despiertan viejos recuerdos; Farenheit, Dune, El Corte Inglés y Jack; paseos nocturnos en coche...

En los últimos días, los hados parecen haberse puesto de acuerdo en conjugar todos estos pequeños detalles. Así que lo cierto es que era inevitable que acabase pensando en C. ¿Cómo estará? ¿Dónde? ¿Estará casado? ¿Tendrá hijos? Espero que, esté donde esté, sea feliz. Me encanta mirar al pasado y sentir ese calorcito dulce del buen recuerdo. La memoria ya libre de dolor y que jamás se ensució de odio. Todos los amores deberían acabar así, si no queda más remedio que se acaben.

Tal vez, algún día volvamos a vernos. Habrá que ir a hacernos un Jacks, por los viejos tiempos.

Zirbêth.

martes, septiembre 13, 2005

¿ESTARÁ TRATANDO DE DECIRME ALGO?

Os hablaba el otro día de mi bolsillo izquierdo trasero del pantalón. Pero no es la única anécdota bolsillil, aunque algo me hace sospechar qu el responsable aquí no es el pobre bolsillo, sino, digamos, "alguien más allegado". Porque, pese a la eficacia que muestra como guardián de la publicidad callejera, cuando se trata de documentos o papeles importantes de cualquier otro cariz, su eficacia es exactamente la contraria: lo expulsa todo con silencio y profesionalidad. Abonos transporte, tarjetas de empresa, ese resguardo de solicitud tan importante, dinero... Todo, menos la bendita publicidad callejera, oye.

Y yo no puedo menos que preguntarme si no será que mi trasero trata de decirme algo...

Zirbêth.

lunes, septiembre 12, 2005

CUATRO HORAS

Esto, que podría sonar a título de película de serie B, es el tiempo que he dedicado a sacar los patrones de vestido que, si puedo, empezaré mañana sin falta. Y eso que sacar es un término relativo. Los he sacado en cuanto a talla y dibujado, pero el patrón lo compré, de esos de Burda. Es, en principio, para un traje de novia, pero con un par de cambios aquí, unos retoques allá y algún que otro añadido, se convertirá, paciencia mediante, en un traje de estilo medieval en pana lisa verde. Un verde precioso y brillante. Será, en verdad, el primer vestido de este calibre que me haga, y espero no perder la paciencia ni las ganas. Me hace mucha ilusión y es lo que ha conseguido sacarme de mi escondite. Vale, tan sólo hasta el salón, pero lo ha logrado. Eso, junto a los macarrones con nata, jamón y champiñones (que no he lavado, así que crujen a cada bocado), han sido las dos grandes proezas de la niña Zirbêth autista. A ver si, antes de irme a dormir, recorto los patrones dibujados.

Eru, me duele la bisagra. Mi reino por una mesa grande y alta donde dibujar estas cosillas.

Zirbêth.

domingo, septiembre 11, 2005

NUNCA TE DISCULPES

Leía el otro día en no sé qué libro, como un personaje le decía a otro algo así como: "Puedes hacer lo que quieras, siempre y cuando jamás pidas disculpas o perdón por tus actos". Resulta curioso, pero en el fondo no me sorprende, que más allá de la desfachatez del que se aprovecha de tal máxima (podría decir quien la sigue, pero llega un momento en que lo que hace es sacar provecho), está la aceptación de la misma por aquellos que rodean y, en muchos casos, son víctimas del aprovechado. Como si el hecho de que no demuestre remordimiento o conciencia de la inmoralidad o amoralidad de sus actos fuese suficiente para que quienes le redean no le pidan explicaciones, no le pidan que no actúe así. El castifo social viene, en demasiados casos, como consecuencia de la aceptación del infractor de su delito: siempre fue un ladrón, pero hasta que no lo admitió y pidió perdón, nadie se atrevió a sojuzgarlo. No públicamente, que lo de cagarse en sus muertos en la intimidad del hogar o la amistad, ya es otra cosa.

Por supuesto, muchas veces no son delitos, ni mucho menos. Son sólo quebrantamientos de las normas sociales llevadas a cabo por una no aceptación de las mismas. Por ejemplo, aquellos y, más aún, aquellas, que reclaman libertad de hacer lo que les de la gana respecto a aspectos privados de su vida en las que nada debería pintar la sociedad. Cosas como elegir acostarse con quién le de la gana, sin que por eso la llamen a una cosas impropias (nunca me cansaré de decir que las putas cobran, y que el resto es ejercicio de la libertad personal); o en casos más comprometidos, como el aborto: aunque deberían haber tenido cuidado o haberse pensado dos veces lo que hacían, siguen teniendo derecho a decidir si seguir adelante o no con el embarazo (traer una vida al mundo es algo mucho más complejo que dejar que la naturaleza siga su curso y apechugar con lo que sea; aunque uno deba tratar de evitar tal situación, hay veces en que no se logra; y no, la aspirina entre las rodillas no me parece una opción realista).

Pero, me dirán, esto es casi un asunto de puntos de vista. En otras ocasiones, reclamo eso que he dado en llamar castigo social: el maltrato infantil o a las mujeres, por poner un ejemplo. El exigir que se cumpla la norma del respeto a la intimidad, cuando ésta se usa como modo de encubrir el maltrato a terceros. Y no creáis que no pienso y repienso que es lo mismo que algunos alegan para justificar que se pueda intervenir llamadas de teléfono, correpondencia y conversaciones de chat por razones de seguridad contra el terrorismo internacional. Esun tema escabroso este, difícil de dilucidar, sin duda alguna.

Pero me estoy desviando del tema. A lo que yo me refería es a esa actitud de muchos de "lo hago porque puedo", y al consenso silencioso y, en cierto sentido, inexplicable e injunstificable de que el hacer ciertas cosas sin jamás disculparse por ello es, de algún modo, razón suficiente para que pueda seguir haciéndolo.

Me estoy enredando.

Zirbêth.

ESCONDIDA

Hoy, me escondo en mi habitación. Luego me reclamarán por no cumplir con ciertos compromisos, pero hoy me escondo en mi habitación. Hoy, no me apetece dar explicaciones de mi escaqueo, ni de mi querer esconderme. A veces, por mucho que queramos a amigos y familiares, dar explicaciones no es algo agradable. Hoy, no siento la necesidad de dar razones, explicaciones, excusas. Hoy, simplemente, me escondo en mi habitación.

Zirbêth.

SEXO

No, no es un truco para atraer lectores, aunque pueda parecerlo. Me hacían mucha gracia aquellos carteles que, de vez en cuando, te encontrabas por la ciudad, con la palabra sexo enorme escrita cual cebo, seguida de la frase "Ahora que hemos captado tu atención..." o algún equivalente semántico. Me hacía gracia porque era bien cierto. Dices "sexo", y ya tienes a tus congéneres prestándote atención. Más simples todos que el mecanismo de un chupete. Bien lo saben y usan las compañías publicitarias, aunque dado el grado de sobrexplotación, no sé cómo aún consiguen llamar la atención. Nos tienen cogidos por los genitales, me temo.

La cosa es que, el sexo, es parte de la vida. Al menos, debería serlo. No me refiero al mete saca, me refiero al amplio abanico de posibilidades que encierra el sexo (publicidad aparte), desde el placer de mirar y ser mirado (puf, esta frase me deja un poco confusa, me molesta mucho a veces que me "miren"), hasta el de la verdadera intimidad, esa intimidad que nace a partes iguales del deseo y el amor. Eso es SEXO, así, con mayúsculas, y lo demás, para mi humilde paladar, sucedáneos.

Vengo de darme un garbeo blogueril por mis enlaces, y Aldebarán me ha sugerido pasarme a ver Las noches de Sherezade. Y de paseo arriba y abajo por sus palabras, me encontré con dos enlaces a dos escritos de dos mujeres distintas, casadas, sobre eso, el sexo. No eran tratados, eran sólo frescos sobre el deseo de periodicidad. Una que le parecía demasiada la insistencia del marido, otra que demasiado poca. Y, como egocéntrica declarada yconfesa que soy, pensé en mi relación con el sexo en estos últimos tiempos.

Pues, la verdad, es que no me apetece. Será una de esas fases hormonales por las que Shered se interesa que atravesamos las mujeres... Mmmm, no lo tengo claro. Es una desgana enorme, no ya sólo por el calor infernal que hasta hace unos días nos abrazaba hasta hastiarnos, es algo más. Es que, sin amor, el sexo no me interesa demasiado.

Quien me conozca de mis tiempos drunneicos acabará en el oftalmólogo: se le deben haber quedado los ojos como platos. La aventurera que llevo dentro me mira con desdén mientras se afila las uñas. Pero hace mucho que no toma las riendas. Esas aventuras, como una buena peli, pierde su atractivo con el paso del tiempo. Durante algo más de dos años, hice el amor completamente enamorada y, ahora, cualquier sucedáneo que el pasillo de supermercado de la vida me ofrece me deja fría. Pero el caso es que en el fondo, sé que aquello tampoco era verdadero amor. Yo le amaba, sí, pero él me temo que no (o de eso se convenció). Así que, sigo dando vueltas y más vueltas. Sé que el día que pruebe el sexo dentro del amor correspondido, aquel otro me parecerá a su vez un sucedaneo y mis hormonas e intereses volverán a fijar su atención en las sábanas.

Pero, de momento, el sexo no me interesa salvo como tema de conversación, en sus diferentes modalidades de serio y divertido. Si ayer me preguntaba sin hallar respuesta sobre el sentido de la vida, respecto al sexo no tengo dudas: El sentido del sexo es el amor.

Zirbêth.

sábado, septiembre 10, 2005

VACÍO

No es cosa mía. No es que yo esté mal de la cabeza, o sea inmadura. Si sólo fuese yo, no habría demasiado de qué preocuparse. El problema es que son cientos y cientos de personas, miles, millones, con esa sensación de vacío, de no saber muy bien por qué y para qué están aquí, qué hacer con la vida. Recuerdo a los testigos de Jehová llamando a mi puerta y haciéndome la pregunta de marras "¿Cuál es el sentido de la vida?", y me recuerdo a mí misma con una mirada entre socarrona e impaciente contestándoles "La propia vida", respuesta de lo más socorrida que, dependiendo del estado de ánimo que toque, es una gran respuesta o sólo una puerta a las demás incógnitas. El sentido de la vida, así, de modo genérico, me parece a veces una pregunta mucho más fácil de responder que esa otra más concreta que aparece en la vigilia y en el sueño de manera constante: ¿Cuál es el sentido de mi vida?

Y esa cuestión, de verdad, me resulta de lo más difícil de responder. Hay días que ni siquiera tengo claro qué me apetece hacer, así que imaginad si me planteo tratar de responder a la dichosa pregunta. Ni hablar. Es un abismo ante el que cualquiera sentiría vértigo. ¿O no?

Zirbêth.

miércoles, septiembre 07, 2005

CORAZÓN Y CABEZA

Ayer medio vi una peli, aunque más bien debería decir que medio escuché, porque estaba cosiendo y mirar, lo que se dice mirar, no miré mucho la pantalla. Pero lo que escuché, cuando la máquina no traqueteaba cual locomotora desbocada, me dejo cavilando.

El escritor ido y mentor del protagonista, le dice en un momento dado algo así como que para escribir no hay que pensar. Se escribe con el corazón y, una vez se ha terminado, entonces se reescribe con la cabeza. Yo, ejem, sigo la primera parte de la consigna, pero reconozco que no la segunda. Rara vez repaso, y eso es lo que hace que no escriba en serio. Bueno, al menos no me pongo en plan sistemático a repasar y tal. Upuno me ha "abandonado", y yo ando metida en mil cosas. Quizá sea que no soy ni seré nunca una verdadera escritora...

Naaa, no es cierto. Me tengo que poner, y ya está. A ver si consigo un currillo que me permita vivir y tener algo de tiempo libre. Soy un desastre. O, como decía Fer, denoto una deplorable falta de ambición.

Zirbêth.

domingo, septiembre 04, 2005

DURMIENDO

Me he pasado el día durmiendo. He pillado el primer resdriado del otoño. Sí, de ese otoño que aún no ha empezado. Debió ser una de las escasas noches en que refrescó de madrugada, pues duermo con la ventana abierta. La cuestión es que estoy moqueando, con la garganta cogida y con algo de fiebrecilla. Que asco de verano, a ver si acaba y, al menos, puedo tener la satisfacción de abrigarme cuando me de fiebre. Así que me he pasado el día adormilada o dormida. Creo que el mejunje que me dieron en la farmacia provoca somnolencia. A ver si ña terapia de sueño hace que en un par de días vuelva a estar bien.

Zirbêth.

sábado, septiembre 03, 2005

EL BOLSILLO IZQUIERDO

Lo de ir por la calle y que te den folletos y octavillas es casi inevitable si sales a una hora del día entre las diez de la mañana y las ocho de la tarde. A veces, lo de mirar para otro lado y hacer como que no nos hemos dado cuenta de su brazo alargándose hasta nosotros, no funciona. Las emboscadas a la salida del metro y las trampas frente a las puertas de las tiendas son su especialidad, sin olvidar esa nueva modalidad de la que he sido recientemente víctima: el estrecho pasillo formado entre la valla de las obras del nuevo intercambiador y las fachadas de la calle.

El caso es que, este (interminable, agotador, odioso) verano, en mi barrio han proliferado estos trabajadores viandantes del papel informativo, de tal manera que, cada vez que echo a lavar los pantalones, saco una pequeña contribución a la bolsa de reciclaje del bolsillo izquiero trasero del vaquero.

Por lo general, los tiro sin mucho más que una mirada precavida que se asegura de no haber apuntado nada importante en ellos. Pero algo ha hecho que, esta vez, me saque los dichosos papelejos del bolsillo con un silencio reverencioso rayano en el... ¿miedo? He ido pot la calle un poco zombie, pues he pillado un trancazo de nariz y garganta y estaba algo fiebrosa. Mi objetivo, la farmacia más cerca. En, digamos, unos ochocientos metros, tres personas me han acercado su mano y, cuando he tomado lo que me daban, me ha parecido escuchar un Cristo te ama con un acento sudamericano. Al vacíar el bolsillo, he encontrado tres convocatorias distintas a sendos encuentros religiosos.

Que ningún creyente se me mosquée, por favor. Pero mi espíritu ateo se estremece ante las muestras conjuntas y multitudinarias de fe: demasiado fanatismo suelto que se puede malencaminar. Estoy imbuída de racionalismo e individualismo puramente occidentales.

Zirbêth.

PARACETAMOL

Nuestro amigo el paracetamol, que grande, que polivalente, que indispensable. Que te duele la cabeza, cuenta con él. Que te pillas un resfriado, mejor tenle a tu lado. Eso sí, puede que se esté callando algunas cosas.En eso, se parace a esa otra amiga, la Vitamina C. Ambos hacen algo a nuestras espaldas, chicas, que puede llegar a convertirse en un problema serio.

Resulta que esos dos, cuando se encuentran en su recorrido por nuestra sangre con nuestra otra amiga la antibaby, la neutralizan parcialmente. ¡Una gracia, ¿verdad?! Pues ya sabéis. Si estáis tomando la píldora y necesitáis de paracetamol, recordad que interfiere el efecto de la píldora anticonceptiva (y ella en el del paracetamol, de paso), y que eso puede llevar a que vuestra planificación familiar no salga como estaba previsto.

Eru, lo que aprende una en las farmacias con tecnología moderna.

Zirbêth.

viernes, septiembre 02, 2005

REDECORANDO EL ALA OESTE

Ya sé que es la tercera vez o así que uso este título, pero es que me gusta mucho. Ayer pude, por fin, sacar todos mis libros (bueno, casi todos los que tengo aquí, porque en Orthanc y en casa de mi madre hay más) de las cajas en las que han permanecido estos ocho meses y los he colocado en una estantería. Valtimor, que se viene a vivir al talan en breve, me ha dicho que no quería una de las estanterías que hay en su futuro dormitorio, y yo me he avalanzado sobre ella como hambriento sobre bocata de jamón serrano. Así que ayer estuve remodelando un poco la distribución del dormitorio.

Lo peor es que, hace cosa de una semana, se me ocurrió ordenar el costurero y acabé reordenando buena parte de la habitación: las telas forman ahora un considerable montón en una esquina, las cajas sobre el armario también han cambiado su disposición y contenido y, en esa ocasión, buscando unos libros de Shakespeare para Tirwen, saqué todos los libros de la caja grande y los volví a meter, operación que llevó casi una hora.

Pero ahora, mis libros forman una apelmazada y pesada mole de tres filas por estante (más los dispuestos en torre sobre las mismas), poco estética, pero al menos mejor cuidados y más a mano. Y ya me he instalado la tele y el dvd, así que mi cuarto vuelve a ser un estilo del que tenía en Valinor, con todo lo necesario para las largas rachas de reclusión climática. Es una inversión: me aseguro entretenimiento en solitario y compañía para todo el invierno. Sí, ya sé, que luego me recluyo y tal. Pero no temáis. Con la mereth que nos espera, dudo mucho que vaya a estar encerrada en casa demasiado tiempo. Se avecinan tiempos marrones.

La cosa es, que ya tengo el dormitorio organizado y ordenado: a ver lo que dura.

Zirbêth.

SOLUCIONADO

No sé si alguien lo habrá intentado ya, pero habilité la opción de clave para comentar, así que espero haberme librado del spam y sus inconvenientes. Tampoco es que escriba mucho últimamente como para que me dejéis jomentarios a porrillo, pero vamos, que ya está solucionado.

Zirbêth.

jueves, septiembre 01, 2005

SPAM

"Costurera, costureraaaa
llevame en tu costureeerooooo,
costureeraaaaa,
y corta con tus tijeras
el ovillo de mis celos..."
.

Ups, estoooo, ejem.

No, nada, una interferencia. Que malo es el spam, leñe. Seguro que tanta tela, tanta tijera y tanta máquina y pedal, se me ha colado un spam anónimo a dar la brasa.

Zirbêth, ejem.

SPAM II (AHORA EN SERIO)

Bueno, soy una víctima del spam (otra de tantas), así que, al menos hasta que averigüe como colocar uno de esos sistemas tan majos de comentario que exigen meter una clave numérica (de esos tan simpáticos que, cuando te despistas y le das, impaciente, a publicar, te dicen que demuestres que no eres un robotijo)... Como decía, hasta llegado ese momento, voy a limitar los comentarios a usuarios registrados.

Por cierto, si alguien me echa un cable, se lo agradeceré debida y cumplidamente. Buenas noches (ahora sí, me voy a mimir).

Zirbêth.